HDMI, TDT de Alta Definición, LED, LCD, ambilight y yo no sé cuántas cosas más. Es para volverse loco, salir a comprar una tele nueva es toda una aventura. Recorres tiendas y tiendas buscando algo que te vaya bien en tu mesita del mueble, que tenga un diseño bonito y que se vea estupendamente, pero no es tan sencillo. Vienen las preguntas, ¿la quieres LCD, LED, o Plasma?, me da igual, que se vea bien, ¿con salida HDMI, Internet, y TDT de HD?, yo digo lo mismo, que se vea bien. Pues nada, al final tengo que aprender qué significa cada palabrita de esas y acabo siendo una verdadera experta en ese tipo de electrodomésticos. Después de llevarme la tele a casa, por supuesto de 40 pulgadas, LED y con TDT ...bueno, ya sabéis, le doy su sitio en el salón. Lo cierto es que son bastante fáciles de instalar, casi un juego de niños, el problema viene después, cuando la enciendes y tienes que elegir el canal. De qué nos sirven las 40 pulgadas, o todas esas cosas que nos dijo el de la tienda que tenía la tele, si lo que nos ofrecen los canales es una verdadera porquería. Si no te gustan las telenovelas estás perdido, o te tragas un documental hiperrepetido o te atragantas tomando el café mientras ves como una tal Belén Esteban, que por lo visto es más famosa que la Reina Sofía, escupe a la cámara mientras habla y come polvorones a la vez o escuchamos hablar a un expresidiario con traje de Armani que nos mira a los ojos e intenta darnos pena. La pena, nunca mejor dicho, es que no podemos aprovechar la tecnología que nos ofrece el mercado audiovisual debido a que la oferta del mercado televisivo está muy por debajo en cuanto a calidad. Y luego vendrán "ministras" a prohibirnos que nos bajemos las pelis en HD, para poder disfrutar de nuestra adquisición, qué es más punible para vosotros, desgargar películas de Internet o ensuciar nuestra inteligencia y la de nuestros hijos con la telebasura que nos ponen, y lo que es peor aún, la telebasura que en algunos casos pagamos nosotros mismos.

Señores y señoras encargados del negocio televisivo, un poquito de seriedad y, sobre todo, tres cosas: calidad, calidad y calidad.