
El mundo está cambiando. Sólo tenemos que echar un vistazo a los acontecimientos que están ocurriendo en algunos países árabes, algunos con más de treinta años de dictadura, para darnos cuenta de que algo está pasando. Hace unos años hasta esos países no llegaba nada más que lo que sus dirigentes querían que llegase, el control de lo que entraba y salía era férreo y el sometimiento de la población hacía que nadie pudiera ni siquiera soñara con rebelarse.
De un tiempo a esta parte, en un mundo cada vez más globalizado, ha comenzado una lluvia incesante de datos, a través de los medios de comunicación sobre todo, que una vez procesados por la población se han convertido en una valiosa información y ésta a su vez, después de ser interpredada se ha convertido en
Conocimiento, que es el verdadero motor del siglo XXI.
Estos medios de comunicación han conseguido, gracias a la revolución de las tecnologías, "colarse" de puntillas en esos países sometidos y han llegado hasta el pueblo. Las tecnologías de la información y dentro de éstas, las redes sociales, han conseguido sepultar parte de la ignorancia (la mayor lacra de cualquier sociedad sometida) bajo una avalancha de información y ésta información ha sido utilizada por el pueblo para erigirse en soberano de sus propios destinos.

Lo peligroso de todo ésto, es que un Conocimiento sin control, sin previsión, puede convertir estas revueltas en una carnicería si no hay nadie que canalice tantos años de frustración y sometimiento en un proceso pacífico. Es la comunidad internacional la que debe intervenir, por su democrática experiencia, y dirigir a estos nuevos pueblos hacia la consecución de unos derechos que hasta hace poco tiempo no sabían que existían.